JDG/AS Globovisión
El director del área de Biomedicina del hospital Vargas, Jacinto Convit, informó este jueves que desde hace tres años viene desarrollando una vacuna para curar el cáncer de mama, de estómago y de colon. Refirió que la vacuna ha sido aplicada en 20 personas y que sólo dos no han dado resultados positivos, porque uno era un paciente diabético y el otro se había aplicado quimioterapia.
Declaró que cada paciente con cáncer debe ser sometido a un tratamiento distinto en función de sus circunstancias particulares. Hasta ahora no han calculado los costos de la vacuna, pero es totalmente gratis para el paciente.
Convit rechaza que lo tilden de genio y señala que nunca ha trabajado en la medicina privada, pues su objetivo ha sido únicamente curar a la gente. Igualmente, se mostró agradecido con la propuesta de que lo postulen para el premio Nobel, aunque resaltó que su trabajo diario es su única satisfacción.
viernes, 25 de junio de 2010
ENTREVISTA AL DR. JACINTO CONVIT

Usuarios de Twitter pidieron el Premio Nobel para Jacinto Convit
25 de junio 2010 08:00 pm - Lisette Cardona
Un modelo de inmunoterapia contra el cáncer que desarrolló el médico está en fase de prueba, por lo que el equipo de investigación invita a los voluntarios interesados a dirigirse al Instituto de Biomedicina.
Un modelo de inmunoterapia contra el cáncer que desarrolló el médico está en fase de prueba, por lo que el equipo de investigación invita a los voluntarios interesados a dirigirse al Instituto de Biomedicina.
El médico Jacinto Convit lideró las listas de Twitter en el mundo esta mañana. La etiqueta #Nobelconvit la aplicaron 0,23% de los usuarios que solicitaban el Premio Nobel de Medicina para el científico, que está en la fase de pruebas de un modelo de inmunoterapia contra el cáncer.
La estadística fue hecha por Web Trendistic, especializado en medir los temas más populares en Twitter.
El tratamiento que desarrolló Convit no es preventivo sino curativo y ha sido aplicado, apenas, a 24 pacientes. Se encuentra en fase de pruebas, por lo que el equipo de investigación requiere de voluntarios. Los interesados pueden dirigirse al Instituto de Biomedicina, en la esquina San Nicolás a Providencia, parroquia San José, Caracas.
Convit es conocido en todo el mundo por el desarrollo de tratamientos contra la lepra y la leishmaniasis.
La estadística fue hecha por Web Trendistic, especializado en medir los temas más populares en Twitter.
El tratamiento que desarrolló Convit no es preventivo sino curativo y ha sido aplicado, apenas, a 24 pacientes. Se encuentra en fase de pruebas, por lo que el equipo de investigación requiere de voluntarios. Los interesados pueden dirigirse al Instituto de Biomedicina, en la esquina San Nicolás a Providencia, parroquia San José, Caracas.
Convit es conocido en todo el mundo por el desarrollo de tratamientos contra la lepra y la leishmaniasis.
EL UNIVERSAL 25/06/2010

Prueban vacuna contra cáncer de mama y estómago
Jacinto Convit fue postulado para el Premio Nobel de Medicina
Asegurando que su objetivo siempre ha sido curar a la gente, el doctor Jacinto Convit rechaza que lo tilden de genio. Este jueves ha sido muy especial para el científico, pues, a la par de haber anunciado que hace tres años viene desarrollando una vacuna para curar el cáncer de mama, de estómago y de colon, agradeció la propuesta de postulación para el Premio Nobel.
Calificó en entrevista con Globovisión que su trabajo es una gran satisfacción. Al frente del área de Biomedicina del hospital José María Vargas, Convit confirmó que la vacuna ha sido aplicada en 20 personas. De este grupo sólo dos no han dado resultados positivos, pero las expectativas de éxito se mantienen. "Uno era un paciente diabético y el otro se había aplicado quimioterapia", refirió sobre los dos casos puntuales.
Declaró que "cada paciente con cáncer debe ser sometido a un tratamiento distinto en función de sus circunstancias particulares". Sobre los costos de la vacuna indicó que hasta ahora no se han calculado, pero "es totalmente gratis para el paciente".
Jacinto Convit fue postulado para el Premio Nobel de Medicina
Asegurando que su objetivo siempre ha sido curar a la gente, el doctor Jacinto Convit rechaza que lo tilden de genio. Este jueves ha sido muy especial para el científico, pues, a la par de haber anunciado que hace tres años viene desarrollando una vacuna para curar el cáncer de mama, de estómago y de colon, agradeció la propuesta de postulación para el Premio Nobel.
Calificó en entrevista con Globovisión que su trabajo es una gran satisfacción. Al frente del área de Biomedicina del hospital José María Vargas, Convit confirmó que la vacuna ha sido aplicada en 20 personas. De este grupo sólo dos no han dado resultados positivos, pero las expectativas de éxito se mantienen. "Uno era un paciente diabético y el otro se había aplicado quimioterapia", refirió sobre los dos casos puntuales.
Declaró que "cada paciente con cáncer debe ser sometido a un tratamiento distinto en función de sus circunstancias particulares". Sobre los costos de la vacuna indicó que hasta ahora no se han calculado, pero "es totalmente gratis para el paciente".
lunes, 7 de junio de 2010
AHORA CONTRA EL CANCER


JENNIFER ALBORNOZ
Con una sonrisa afable y una tranquilidad envidiable en medio del bullicio caraqueño, se encuentra el Dr. Jacinto Convit, rodeado de premios y placas de reconocimientos bien válidos, uno de los más grandes científicos que ha dado Venezuela, se mantiene a cargo de la dirección del Instituto Nacional de Biomedicina del Hospital Vargas, a sus 92 años atiende bien dispuesto a sus pacientes cada tres veces por semana.
Este insigne médico venezolano, con más de 72 años de ejercicio explica que nunca tuvo interés alguno de trabajar en el lado privado de la medicina, cuenta con 51 años de labor ininterrumpida en el Hospital Vargas y 35 años en la conducción del Instituto de Biomedicina.
Genio nacido el 11 de septiembre de 1913 en la parroquia La Pastora, mejor conocida por el descenso de hermosas mariposas amarillas procedentes de las faldas del Ávila.
Hijo de inmigrante catalán y de madre venezolana de origen canario, inició sus estudios en el Liceo Caracas.
Cursó el bachillerato en el Liceo Andrés Bello, alumno destacado del gran maestro Rómulo Gallegos en la cátedra de Filosofía y Matemáticas, sin duda la emoción destila en la límpida mirada de sus ojos azules, al rememorar su juventud el reconocido académico expresó: “Qué buenos recuerdos, un profesor ejemplar de talante visionario”.
En 1932 ingresó a la escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela donde obtuvo el título de Doctor en Ciencia Médicas en 1938.
Una invitación le cambiaría la vida y demarcaría su destino en el año 1937, el doctor Martín Vegas conocido pionero en los estudios sobre la lepra dio a conocer a Convit, la vieja casona de Cabo Blanco en el estado Vargas, la cual albergaba a cientos de pacientes afectados por lacería o lepra.
En aquel tiempo esta enfermedad era el causal del prejuicio más arraigado dentro de la sociedad, a los leprosos se les encadenaba y eran custodiados por autoridades policiales, imagen que definiría el carácter humano de Convit, quien ante tal maltrato, exigió a los guardias un mejor proceder con los enfermos.
La compasión y el querer por los pacientes no tuvieron límites en Jacinto Convit, quien unió esfuerzos junto a seis médicos venezolanos y dos italianos, para encontrar la cura a esta enfermedad.
Luego de varias investigaciones con el único remedio empleado en estos pacientes, el aceite de Chaulmoogra, pudieron comprobar que el compuesto de Sulfota y Clofazimina podía fungir con gran efectividad en contra de este mal, lo que conllevó el cierre de las conocidas leproserías donde los enfermos eran encerrados y vejados en su condición humana.
En el año 1988, los grandes avances en estudios epidemiológicos, le valieron una nominación al Premio Nobel de Medicina, por el descubrimiento de la vacuna contra la lepra, la cual resultó de la combinación de la vacuna de la tuberculosis con el bacilo Mycobacterium leprae. Un año antes de esta nominación, Convit recibió un premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
AVANCES CERCANOS
En una entrevista para este rotativo, Jacinto Convit nos cuenta, con la sencillez propia del galeno de antaño, “hemos desarrollado a través de terapias de inmunología la vacuna contra el cáncer de seno, de cólon y de estómago”.
Acompañado de una gran sonrisa, el invaluable científico venezolano, lanzó este enunciado sin ton ni son, en este sentido agregó que “el precio es enorme para combatir estas enfermedades, las terapias de quimioterapia son sumamente costosas para los pacientes, la quimio puede costar cerca de 3.000 dólares, la vacuna que venimos desarrollando en inmunoterapia del Vargas es gratuita”.
El investigador comentó que tal vacuna está compuesta por células mutantes del paciente, las cuales poseen varios tipos de células y no una sola, “la mutación es la que provoca la recaída más adelante en el paciente, al combinar un gramo de células cancerígenas que tan sólo tienen si acaso el costo de 5 dólares, el paciente desarrolla una mejoría en su propio organismo por la producción de anticuerpos que destruyen las células cancerígenas”, reiteró.
Sin embargo, no todo queda allí, el especialista en enfermedades parasitarias, indicó que ha obtenido grandes resultados en los pacientes a quienes se les ha suministrado esta vacuna, en mención especial a las afectadas con cáncer de seno, que a juicio de esta eminencia “son las que asisten a nuestro recinto, con una inmensa fe y en gran cantidad”.
Por lo que sostiene, “como esta vacuna no hay ninguna, en el país no es frecuente la producción de vacunas, somos más bien quienes las recibimos de otros países”.
Emocionado y con una lucidez increíble afirmó que “desde el Hospital Vargas queremos contribuir en la vida de los pacientes, queremos impartir tratamientos, no buscamos dinero de nadie, sólo llamamos a los enfermos para que asistan a este instituto”.
El talante de este genio y las ganas de hacer el bien al prójimo siguen intactas a pesar del paso de los años, aluden a un médico comprometido y un legado de vida sin distinción, “uno trabaja para la gente que sufre, que no tiene dinero no hay nada más precioso que ver que la enfermedad se cura, el médico no debe enriquecerse con esta carrera, venimos a salvar vidas, esa es la paga más invaluable del mundo”, concluyó el hijo consentido que ha dado la parroquia La Pastora.
jalbornoz@dearmas.com
Con una sonrisa afable y una tranquilidad envidiable en medio del bullicio caraqueño, se encuentra el Dr. Jacinto Convit, rodeado de premios y placas de reconocimientos bien válidos, uno de los más grandes científicos que ha dado Venezuela, se mantiene a cargo de la dirección del Instituto Nacional de Biomedicina del Hospital Vargas, a sus 92 años atiende bien dispuesto a sus pacientes cada tres veces por semana.
Este insigne médico venezolano, con más de 72 años de ejercicio explica que nunca tuvo interés alguno de trabajar en el lado privado de la medicina, cuenta con 51 años de labor ininterrumpida en el Hospital Vargas y 35 años en la conducción del Instituto de Biomedicina.
Genio nacido el 11 de septiembre de 1913 en la parroquia La Pastora, mejor conocida por el descenso de hermosas mariposas amarillas procedentes de las faldas del Ávila.
Hijo de inmigrante catalán y de madre venezolana de origen canario, inició sus estudios en el Liceo Caracas.
Cursó el bachillerato en el Liceo Andrés Bello, alumno destacado del gran maestro Rómulo Gallegos en la cátedra de Filosofía y Matemáticas, sin duda la emoción destila en la límpida mirada de sus ojos azules, al rememorar su juventud el reconocido académico expresó: “Qué buenos recuerdos, un profesor ejemplar de talante visionario”.
En 1932 ingresó a la escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela donde obtuvo el título de Doctor en Ciencia Médicas en 1938.
Una invitación le cambiaría la vida y demarcaría su destino en el año 1937, el doctor Martín Vegas conocido pionero en los estudios sobre la lepra dio a conocer a Convit, la vieja casona de Cabo Blanco en el estado Vargas, la cual albergaba a cientos de pacientes afectados por lacería o lepra.
En aquel tiempo esta enfermedad era el causal del prejuicio más arraigado dentro de la sociedad, a los leprosos se les encadenaba y eran custodiados por autoridades policiales, imagen que definiría el carácter humano de Convit, quien ante tal maltrato, exigió a los guardias un mejor proceder con los enfermos.
La compasión y el querer por los pacientes no tuvieron límites en Jacinto Convit, quien unió esfuerzos junto a seis médicos venezolanos y dos italianos, para encontrar la cura a esta enfermedad.
Luego de varias investigaciones con el único remedio empleado en estos pacientes, el aceite de Chaulmoogra, pudieron comprobar que el compuesto de Sulfota y Clofazimina podía fungir con gran efectividad en contra de este mal, lo que conllevó el cierre de las conocidas leproserías donde los enfermos eran encerrados y vejados en su condición humana.
En el año 1988, los grandes avances en estudios epidemiológicos, le valieron una nominación al Premio Nobel de Medicina, por el descubrimiento de la vacuna contra la lepra, la cual resultó de la combinación de la vacuna de la tuberculosis con el bacilo Mycobacterium leprae. Un año antes de esta nominación, Convit recibió un premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
AVANCES CERCANOS
En una entrevista para este rotativo, Jacinto Convit nos cuenta, con la sencillez propia del galeno de antaño, “hemos desarrollado a través de terapias de inmunología la vacuna contra el cáncer de seno, de cólon y de estómago”.
Acompañado de una gran sonrisa, el invaluable científico venezolano, lanzó este enunciado sin ton ni son, en este sentido agregó que “el precio es enorme para combatir estas enfermedades, las terapias de quimioterapia son sumamente costosas para los pacientes, la quimio puede costar cerca de 3.000 dólares, la vacuna que venimos desarrollando en inmunoterapia del Vargas es gratuita”.
El investigador comentó que tal vacuna está compuesta por células mutantes del paciente, las cuales poseen varios tipos de células y no una sola, “la mutación es la que provoca la recaída más adelante en el paciente, al combinar un gramo de células cancerígenas que tan sólo tienen si acaso el costo de 5 dólares, el paciente desarrolla una mejoría en su propio organismo por la producción de anticuerpos que destruyen las células cancerígenas”, reiteró.
Sin embargo, no todo queda allí, el especialista en enfermedades parasitarias, indicó que ha obtenido grandes resultados en los pacientes a quienes se les ha suministrado esta vacuna, en mención especial a las afectadas con cáncer de seno, que a juicio de esta eminencia “son las que asisten a nuestro recinto, con una inmensa fe y en gran cantidad”.
Por lo que sostiene, “como esta vacuna no hay ninguna, en el país no es frecuente la producción de vacunas, somos más bien quienes las recibimos de otros países”.
Emocionado y con una lucidez increíble afirmó que “desde el Hospital Vargas queremos contribuir en la vida de los pacientes, queremos impartir tratamientos, no buscamos dinero de nadie, sólo llamamos a los enfermos para que asistan a este instituto”.
El talante de este genio y las ganas de hacer el bien al prójimo siguen intactas a pesar del paso de los años, aluden a un médico comprometido y un legado de vida sin distinción, “uno trabaja para la gente que sufre, que no tiene dinero no hay nada más precioso que ver que la enfermedad se cura, el médico no debe enriquecerse con esta carrera, venimos a salvar vidas, esa es la paga más invaluable del mundo”, concluyó el hijo consentido que ha dado la parroquia La Pastora.
jalbornoz@dearmas.com
jueves, 26 de noviembre de 2009
Proyecto venezolano es galardonado con el premio de la Fundación Alstom

Caracas, 12 Nov. ABN.- El
comunidades de la zona, afectadas por los mismos problemas de salud pública.
El proyecto para la creación de un centro piloto para la educación en ambiente salud y desarrollo sustentable en las comunidades Warao, desarrollado por el Instituto de Biomedicina bajo la conducción del Dr. Jacinto Convit, fue galardonado por la Fundación Alstom.
El la primera vez que una propuesta venezolana recibe la distinción, que además viene acompañada de un aporte de 50 mil euros (75 mil dólares), que se suman a los 250 mil bolívares aportados por Alstom a Venezuela a través de la Ley Orgánica de Ciencia Tecnología e Innovación, para hacer posible su implementación.
La ceremonia de entrega de los Alstom Foundation Awards 2009 se llevó a a cabo en París el pasado 2 de Noviembre de 2009, en la Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio, que tiene su sede en el Palacio de Chaillot de Trocadero, en las adyacencias de la Torre Eiffel.
La presidenta de la Fundación Alstom, Dominique Jaoul, vendrá a Venezuela a entregar personalmente los respectivos aportes de la Fundación al Dr. Jacinto Convit, en el marco de un homenaje a esta distinguida figura de la salud pública venezolana, que se efectuará este viernes y contará con la presencia de los embajadores de Francia y Venezuela, además de distinguidas personalidades del ámbito científico, académico, político, diplomático y empresarial.
Con este galardón, se pondrá en marcha el proyecto que complementa el esfuerzo que durante dos años ha mantenido el Instituto de Biomedicina por el control de enfermedades endémicas en la región.
En esta oportunidad se desarrollará un programa de educación que, a través del control de problemas ambientales, aspira reducir la presencia de enfermedades endémicas que tienen una estrecha relación con la acumulación de desechos sólidos, la contaminación del agua y la degradación de los ecosistemas.
La meta es contribuir para mejorar la calidad de vida y reducir las altas tasas de mortalidad que se presentan en la remota región, especialmente en la población infantil.
Esta iniciativa representa un fruto tangible de la cooperación científica y técnica entre Francia y Venezuela e involucra múltiples aspectos dentro de la visión del desarrollo sustentable, pues abarca temas de salud, ambiente y desarrollo social.
El proyecto suma las experiencias del Instituto de Biomedicina, la Fundación para el Desarrollo Sustentable Aguas Vivas, la Asociación para la Investigación Dermatológica, así como importantes aliados internacionales como la Cruz Roja y la Office National de Forets de Francia, a través de su oficina regional en Guadalupe.
El plan implica la construcción de un Centro de Capacitación, totalmente compatible con el medio ambiente y con las características culturales del pueblo Warao, que se desarrollará a partir de una estructura existente en la comunidad de Jejekubaka, que originalmente fue construida por el Instituto de Biomedicina para la recolección de agua de lluvia, a fin de evitar el consumo del agua de río y con ello las enfermedades diarréicas que afectan a la población local.
La segunda etapa contempla el desarrollo de un programa de formación continua en materia ambiental y sanitaria, en el cual se realizará un programa de formación, orientado a capacitar a representantes de las comunidades indígenas en materia ambiental, quienes a su vez se convertirán luego en multiplicadores locales.
Dentro del programa se aplicarán metodologías de educación ambiental diseñadas por la Office National de Forets que han sido probadas con éxito en Guadalupe y Guyana Francesa, y serán adaptadas a la cultura y la lengua Warao.
Uno de los elementos novedosos de este proyecto es la adaptación de todo el contenido informativo a un formato audiovisual, multimedia e interactivo, a fin de minimizar el consumo de papel y aplicar herramientas de innovación tecnológica en estos entornos.
Cada año, la Fundación ALSTOM reparte 1 millón de euros para apoyar proyectos que son seleccionados por un exigente jurado.
Todas las propuestas, deben cumplir con numerosos requisitos, entre ellos, estar basados en necesidades ambientales prioritarias para la región, contar con la participación de los actores locales e impulsar la protección del ambiente con una visión de desarrollo sustentable.
En esta oportunidad, 14 proyectos fueron seleccionados en septiembre de 2009, dentro de una lista de 70 propuestas pre-seleccionadas de todos los países en los que la empresa tiene operaciones.
Se estima que la primera fase beneficie a una población de unos 1000 habitantes, incluyendo las comunidades de Jejekubak, San Francisco de Guayo y sus caseríos periféricos.
Sin embargo, a mediano plazo, el Instituto de Biomedicina tiene previsto continuar este proyecto y ampliar su radio de acción a otras comunidades de la zona, afectadas por los mismos problemas de salud pública.
Jacinto Convit donó su premio a la Excelencia Científica para creación de Centro contra el Cáncer

El destacado médico científico venezolano Jacinto Convit, recibió el Premio a la Excelencia Científica otorgado por el Concejo del Municipio Libertador a través de la Comisión de Finanzas, Economía, Ciencia y Tecnología que preside el concejal Fernando García.
El evento tuvo lugar en el auditorio del Instituto de Biomedicina, ubicado en un anexo del Hospital Vargas, en San José.
La entrega del premio que consistió en 521 Unidades Tributarias (Bs.F. 23.966 estuvo a cargo de Daysi Darias, Coordinadora Ejecutiva de la Comisión en compañía de Octavio Zapata y Carlos León, del equipo organizador.
Luego de expresar su agradecimiento por el galardón, Jacinto Convit anunció su decisión de donarlo para la creación de un Centro de Inmunoterapia contra el cáncer, proyecto en el cual viene trabajando hace tres años.
El ilustre científico, que actualmente se desempeña como director de Instituto de Biomedicina, expresó que continúa con los estudios e investigaciones profundas para la elaboración de la vacuna que conlleve al ataque de la Lepra y la Leishmaniasis, y su cura definitiva.
Jacinto Convit, nacido en la parroquia La Pastora hace 96 años, ha dedicado toda su vida a la investigación científica, es reconocido mundialmente por ser el creador de una vacuna para la cura de una de las enfermedades más terribles de la humanidad, como es la Lepra e igualmente contra la Leishmaniasis, por ello en 1988 fue postulado al Premio Nobel de Medicina.
El Premio a la Excelencia Científica, forma parte del Premio Municipal de Ciencia, Tecnología e Innovación, Dr. Humberto Fernández Morán, en su primera edición, el cual fue creado este año por la municipalidad con el objetivo de reconocer e incentivar la labor y trayectoria científica; el ingenio de las personas; la divulgación, entre otros aspectos que contribuyan con el desarrollo nacional y la calidad de vida.
La distinción otorgada al doctor Convit, es un reconocimiento para los más destacados científicos del país que al igual que el Dr. Fernández Morán enaltecen el gentilicio nacional, porque han legado a la humanidad no sólo su potencial científico e innovador, sino sus obras y descubrimientos.
Y.P.
sábado, 31 de mayo de 2008
Jacinto Convit

EL UNIVERSAL
La mirada límpida de sus ojos azules dice que a los 96 años Jacinto Convit conserva intactas sus facultades, su pasión por el conocimiento y la sabiduría del científico cuya razón de ser es servir al hombre. Hijo de inmigrante catalán y de venezolana de origen canario, aventajado estudiante del Liceo Caracas en la segunda década del siglo pasado, la invitación del doctor Martín Vegas para que visitara la leprosería de Cabo Blanco, en el litoral, antes de su graduación, en 1938, ataría su destino, como médico residente, a la vieja casona y a la curación de la bíblica enfermedad.
Durante siete años Convit convivió con los leprosos, doblemente condenados a la segregación total y la hospitalización compulsiva, además de las secuelas de una enfermedad que para entonces no tenía cura. De ese tiempo guarda dos recuerdos imborrables. Uno es el de un campesino, atado con cadenas, que le entregó la policía, por ser portador del mal. El otro el rostro de estupefacción de un hombre, con varios años de reclusión cuando descubrió que se encontraba sano y podía volver a la libertad.
Pero la compasión del joven galeno era activa y fue así como organizó un grupo de ocho médicos, seis venezolanos y dos italianos, con quienes se dio a la tarea de encontrar una cura para la enfermedad. Lo primero fue tratar de potenciar el aceite de Chaulmoogra, el único remedio para la época, proveniente de un árbol asiático, con magros resultados, pero luego de varios años de investigación lograron determinar que un compuesto de Sulfota y Clofazimina tenían suficiente efectividad para remitir el mal. La primera consecuencia del descubrimiento fue la eliminación del aislamiento compulsivo y por tanto de las leproserías. Así, Venezuela se convirtió en el primer país del mundo en cerrar ese tipo de establecimientos.
En 1947, luego de 10 años de amores, se casó con una joven de origen italiano, Rafaela Marotta, del matrimonio nacieron cuatro hijos: Francisco, Oscar, Antonio y Rafael, los dos últimos gemelos y médicos como su padre. En los años 60, presentó en Londres, durante una reunión de la OMS (Organización Mundial de la Salud), un informe sobre los resultados de sus investigaciones que se incorporó a un trabajo, Therapy of Leprosy, del cual fue coautor, junto con un grupo de especialistas de todo el mundo, que sirvieron de base para el programa de Poliquimioterapia, difundido por la OMS en los países endémicos.

Pero la gran obra de Convit y su equipo fue el desarrollo de dos modelos de vacunación para el control de la lepra y la leishmaniasis. En el segundo de los casos resultó tan eficaz que logra el 95% de curaciones sin efectos secundarios. Gracias al aporte de la investigadora norteamericana Elenora Stors, quien descubrió la lepra en un tipo de armadillo (cachicamo) en EEUU, Convit inoculó el bacilo de la lepra en estos animales y obtuvo el Micro Bacterium Leprae, que mezclado con la BCG (vacuna de la tuberculosis), produjo la vacuna.
En 1988 su descubrimiento le valió una nominación para el premio Nobel de Medicina. Un año antes fue distinguido con el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, entre muchos otros reconocimientos recibidos a lo largo de una carrera de casi 70 años. Y allí, en su laboratorio del Instituto de Biomedicina, continúa su infatigable labor, convencido de que aún y no obstante su avanzada edad, tiene mucho que ofrecerle a la humanidad.
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